En 2014 un camión brasileño que iba a contramano impactó a un micro y murieron 18 personas. Hubo varias llamadas al CEO, pero nadie actuó.
El pase a pasiva de una operadora del Centro Estratégico de Operaciones (CEO) que desestimó un alerta que podría haber evitado el dramático desenlace que tuvo la joven Florencia Romano –asesinada en Maipú- volvió a revivir los fantasmas de la negligencia en la actuación policial del 911, como lo fue en la llamada tragedia de la Ruta 7, en febrero de 2014.
En aquella fatídica tarde tuvo lugar uno de los peores accidentes viales en la historia de Mendoza. Un camionero brasileño (Mariano Genesio) chocó de frente con un micro, a la altura del autódromo de San Martín, dejando como saldo la pérdida de 18 vidas, mientras que otras 14 personas sufrieron lesiones de distinto tipo.
Uno de los hechos más conmocionantes de los últimos años se pudo haber prevenido, ya que hubo varios llamados de alerta al 911 advirtiendo que el transportista conducía a alta velocidad y en zig zag, horas antes del fatal accidente e incluso chocó a otros vehículos.
En ese momento, también quedaron bajo sospecha efectivos de la comisaría de San José, quienes no tomaron nota de la denuncia de un conductor que aseguró que el camionero lo encerró y lo embistió horas antes del choque con el colectivo de la empresa Mercobús.
A raíz del fuerte impacto el micro quedó carbonizado, al igual que la cabina del camión.
Sin embargo, no se ordenó el desplazamiento de alguna unidad para evitar que continuase con esa conducción peligrosa.
Tras el choque murieron 18 personas y otras 14 resultaron heridas.
Todos absueltos
Dos años después, se dio a conocer la sentencia por las responsabilidades penales de los operadores del 911 y los cuatro operarios fueron absueltos.
Los efectivos que quedaron desvinculados del caso fueron: Florencia Pamela González Moyano, Ramón Ezequiel Pablo Ríos y Alejandro Marcial Vega Garabello, quienes pese a la cantidad de llamadas recibidas en el 911 alertando sobre el camión circulando en contramano por el Acceso Este, no actuaron.
Sólo hubo un condenado, el auxiliar José Torres, policía de la Comisaría 25 con 2 mil pesos de multa y una suspensión por ocho meses.
Se desestimó otro alerta
A seis años de aquel accidente en el que se puso en tela de juicio el accionar de las fuerzas de seguridad, otra vez los operadores del 911 están en la mira.
En este caso, una policía que atendió un llamado que alertaba sobre una situación de violencia de género en el lugar al que llegó la joven de 14 años y donde fue vista por última vez con vida.
La agente –identificada como Soledad Herrera- con cuatro años en la fuerza habría cortado la comunicación que entabló un vecino que avisó haber escuchado gritos y una pelea en la propiedad de los imputados del femicidio, Pablo Arancibia (33) y su pareja Micaela Méndez (27).
“Al parecer tuvo un entredicho con la persona que llamó y dio aviso de esta situación porque no encontraba la dirección que se denunciaba", afirmó el titular de la IGS, Marcelo Puertas, en declaraciones a Canal 9.
Florencia Romano estaba desaparecida y fue encontrada sin vida en una acequia.
Puertas aclaró que el deber de la uniformada era armar un suceso y además volver a llamar para establecer qué estaba ocurriendo en el citado domicilio.
La auxiliar fue pasada a pasiva, por lo cual no cumplirá funciones mientras es investigada y percibirá la mitad de su salario.
En los próximos días será citada a dar explicaciones ante el organismo disciplinario.