"Menos mal que no adjudicamos y empezamos", señaló el mandatario provincial en un breve mensaje de WhatsApp.
El gobernador presentó a principios de abril su reclamo por el laudo pidiendo a Fernández dos cuestiones puntuales: por un lado, celeridad en la definición presidencial y, por el otro, que si ordenaba un nuevo estudio de impacto ambiental, lo que perjudicaría a la provincia, que le permitiera a Mendoza realizar otras obras energéticas e hídricas.
En el razonamiento de Suarez, de haber adjudicado la obra a la UTE MalalHue -conformada por Synohidro, el gigante chino, y una unión de constructoras mendocinas- entonces la jugada habría complicado las finanzas de Mendoza.
"Hubiéramos perdido mucha plata", justificó el gobernador.
Si bien el presidente Fernández ya adelantó que ordenará un nuevo estudio de impacto ambiental, desde el Gobierno de Mendoza señalaron que esperarán el laudo para ver sus fundamentos y sus resoluciones.
En tanto, Mendoza sigue recibiendo con regularidad los fondos que le corresponden por la obra, más allá de las decisiones políticas.
Luego del discurso de apertura de Asamblea Legislativa, el mandatario había afirmado que existían tres hipótesis: 1) Sí 2) No o 3) Un nuevo estudio de impacto ambiental.
"El tercer punto era lo mismo que decir que no. Demora no menos de dos años, y una vez finalizado volvemos al mismo punto: ¿quién aprueba el estudio? La Pampa iba a seguir oponiéndose, y otro laudo y una historia de nunca acabar. Por eso, ante esta hipótesis, pedimos que habilite otras obras hídricas, destinada a crecer económicamente", remarcó.