El Conicet adelantó que "se espera un verano complicado". Irrigación presentará en octubre el Pronóstico de Caudales de ríos.
Mientras que el Departamento General de Irrigación trabaja en el nuevo Pronóstico de Caudales de ríos que será presentado el 5 de octubre, desde el Instituto Argentino de Nivología, Glaciología y Ciencias Ambientales (IANIGLA) del Conicet de Mendoza adelantaron que “se espera un verano complicado” para los recursos hídricos de la provincia.
El doctor en Ciencias de la Atmósfera del Conicet, Maximiliano Viale, indicó que el 2021 “fue un invierno pobre de nieve, peor que el del año pasado”.
“En el 2020 la nieve caída en el Norte de la cordillera tuvo un déficit de entre el 30 y 40%, y este año fue del 50%”, consignó.
En tanto, en el Sur, en la zona de Valle Hermoso, Malargüe, alcanzó valores levemente superiores a lo normal y en esta temporada volvió a caer un 30%.
“Será un verano más complicado desde el punto de vista del agua y tendremos que cuidarla”, dijo y señaló que esta situación ha llegado para quedarse como consecuencia del cambio climático.
La temporada de nevadas más fuertes típicamente se da de abril a septiembre. Aunque en los gráficos que realizó el científicos con datos tomados del Departamento General de Irrigación se puede observar el cambio del manto nival desde el 1 de enero al 21 de septiembre.
Según muestran estas imágenes, desde el punto de vista de las nevadas, “se trató de un año particular con un evento inusual en verano, uno moderado en junio y otro intenso en agosto”, indicó Viale. Y agregó: “Actualmente sólo hay nieve debajo de los 3.000 metros al sur de la provincia”.
El Pronóstico de Caudales
El 5 de octubre, en el teatro Plaza de Godoy Cruz, el Departamento General de Irrigación presentará el Pronóstico de Caudales. Se espera un mensaje del gobernador Rodolfo Suarez en relación a la preocupación por la crisis hídrica que azota a la provincia.
Todos los años, este órgano encargado de la administración del agua de la provincia publica el también llamado “Pronóstico de Escurrimiento” de aguas superficiales de Mendoza, que es una estimación de los caudales de los ríos.
El estudio permite establecer un plan de manejo de los embalses para la provisión de agua para riego, energía y consumo, entre otros usos. Además, su importancia está directamente relacionada con el cronograma anual de erogaciones que se realiza para el sistema hídrico, para poder satisfacer las demandas en todas las cuencas.
Durante la primera quincena de septiembre, el Departamento de Hidrología de ese organismo realizó la “campaña de invierno” donde el personal sube en helicóptero a todas las estaciones del sistema de información hidronivometeorológico (SIH) y allí realiza cateos o mediciones del equivalente aguanieve (EAN), para validar las mediciones automáticas hechas durante todo el invierno.
Esos trabajos duran entre 3 y 4 días donde se realizan observaciones de la cobertura de nieve en las altas cuencas, donde no existen estaciones de medición.
Si bien desde Irrigación no quisieron adelantar los detalles del estudio, se prevé un nuevo “año hidrológicamente pobre” para casi todos los ríos, con déficit de agua.
Mendoza viene de una temporada compleja, el informe anterior- de octubre 2020 a septiembre 2021- había pronosticado una disponibilidad del 70% del agua de un año promedio en la cuenca del Río Mendoza.
Como antecedente previo, en el periodo 19/20 el volumen anual escurrido por el río Mendoza fue del 59% de un año normal y fue la segunda temporada más seca de los 64 años de registro de río.
La sequía llegó para quedarse
El informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) dado a conocer en agosto reveló que la temperatura media de la Tierra podría agravarse en los próximos 20 años, atravesando el umbral de 1,5ºC.
Pero los cambios ya se están haciendo presentes desde hace décadas en todo el mundo y se evidencia en la Cordillera de los Andes con la sequía.
“Vivimos de la nieve y viene en una tendencia negativa”, sostuvo Viale sobre lo que le depara a Mendoza en los próximos años.
Sequía, aumento de la temperatura y la pérdida de entre un 10 y un 20% de la masa de los glaciares, es el panorama que proyectan los científicos para toda la Cordillera de los Andes del Sur para los próximos 30 años.
Fuente: https://www.elsol.com.ar/